lunes, 17 de marzo de 2014

La sociedad del espectáculo - Guy Debord

La obra de Debord, tanto el libro como la película, abordan principalmente al carácter espectacular que la sociedad moderna ha ido alcanzando a lo largo de los años. Con ayuda del sistema económico capitalista, este tipo de sociedad se ha ido fortaleciendo más, haciendo que sus pobladores no puedan concebir otro estilo de vida, que el de apariencias.

El carácter espectacular o el espectáculo en que vive la sociedad, es un conjunto de imágenes y sus representaciones. Es decir, todo lo que está a nuestro alrededor (imágenes) tiene un “significado” para la sociedad. Ya no somos capaces de mirar la realidad genuina, pues estamos cegados por las representaciones que existen de esta.

De esta manera, la realidad se ha convertido en una mentira. Debord afirma, que el sistema de producción ha sido un componente muy importante, puesto que es ahí donde se une y se separa todo. Este sistema, controla al trabajador, el producto, el tiempo que se dedica, y el que no se dedica también, a producir este, y el modo en que vemos la realidad. Es así, que, tanto el sistema de producción como la mercancía de produce, hace que ya no se generen relaciones entre personas, sino relaciones entre la mercancía y las personas.

En la película observamos una serie de extractos de otras obras, Debord así hace una critica fuerte sobre lo que en realidad es lo que las personas consumen. Primero encontramos pantallas, personas observando la televisión, es decir actividad que involucran observar proyecciones. También aparece un mitin, en donde no existe una pantalla, pero finalmente sí un espectáculo, donde está el político, o la persona que habla desde una posición superior (espectáculo), y la masa que observa y escucha (espectadores).

A continuación, y durante todo el filme, se presentan imágenes de mujeres estilizadas y de políticos. Esto, nos muestra la representación de lo que es mujer o una persona ideal, un ídolo. En general, los espectáculo son formados por una pequeña parte de la sociedad (el estereotipo de mujer lo tiene solo una pequeña parte de la sociedad femenina). Se produce así, una jerarquización social, consecuencia del sistema de producción.

También, se muestran imágenes de dominación, es decir, cómo masas que protestan son contenidas por el estado a través de la violencia. A pesar de que esto parece no formar parte del sistema en total, sí lo es, pues es una parte de este. Tal vez es uno de los síntomas más notorios del mal que genera este sistema económico y político.

Una parte importante del texto y de la película, es la introducción de la “Vedette”. Se nos muestra imágenes de músicos, como los Beatles o Elvis, y de actrices como Marylin Monroe. Estos son ídolos, o ideales, que representan determinados estilos de vida, esto también es parte del control que ejercen los medios sobre las vidas de las personas, pues convencen de que esto es un “disfrute real”.

Aquí, Debord habla del tiempo de ocio y de la libertad que las personas creen tener sobre su tiempo. El autor afirma que en realidad, el ocio no existe, pues este también es determinado por el sistema de producción. Es, por el contrario, el tiempo que no se dedica a producir la mercancía, sino, a consumirla. Así se crea una sociedad de consumo, consecuencia del sistema económico. Las personas no disponen de su tiempo, pues todo esta determinado por el trabajo que realizan.

La mercancía, así como la vedette, representa una “esperanza de alcanzar un punto más alto en la sociedad”, es decir, mientras más y mejores objetos poseemos, somos mas poderosos. Como dijimos anteriormente, el “Ser” ahora implica “tener”, somos para tener. Debord, se basa en el fetichismo de la mercancía (Marx) para afirmar que nuestra sociedad trata como ídolos a los objetos que esta produce.

El espectáculo es finalmente, todo lo que el sistema económico produce y controla. Son representaciones que crean un lenguaje en la sociedad para poder relacionarse. Además, no es lo genuino, no vivimos la realidad, vivimos representaciones en imágenes de ella. Así, Debord se adelantó a definir la sociedad de consumo, que es la que finalmente domina nuestras vidas.







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